viernes, 31 de enero de 2014

El pianista

A pesar de las prisas, no llegó a tiempo de coger el tren. De nada sirvió invitar al taxista a sobrepasar los límites de velocidad a cambio de una buena propina. Bajó las escaleras mecánicas de la estación y el tren se perdía en la distancia. Era el signo de su vida, su sello, su carácter; llegar tarde a todos sitios. Se retrasó incluso en su cita con la vida puesto que nació diez días después de la fecha prevista. No vio nacer a su hija por causas de los minutos que por descuidos, encuentros y azares hicieron que perdiera un avión de regreso a casa después de una dura semana de negociaciones con la central de su empresa. Faltaban horas para la salida de un nuevo AVE y de repente pensó, se acabaron las horas, los plazos, los tiempos, las citas, el deambular por aeropuertos y estaciones y las cansinas llamadas. Se aflojó la corbata, se quitó la chaqueta pidió un gin tonic en la cafetería más próxima, cogió el periódico y retomó su costumbre de empezar a leer de atrás hacia adelante, de la última página al principio. Encontró aquel anuncio. "Se busca pianista para club nocturno". Y, cambio su vida. 
Un microrrelato de Ana Muñoz Cubero.

Imaginario

Imaginario
El tiempo y las palabras ayudan a entendernos