jueves, 7 de abril de 2016

La mujer de su vida


Aquel collar de ámbar estaba sobre el viejo mapa que el abuelo consultaba cada día para no olvidar las rutas que había atravesado con su viejo camión. Él, había trazado numerosas líneas como una constelación única en su memoria. La Puebla, Algarbia, Lula, Amura, Morón, Palencia, Pimiango un sin fin de pequeñas ciudades a las que acudía a vender todo un mundo de cacharrería.

Abuelo, ¿de quién es ese collar? le pregunté. 
Mi viejo abuelo me miró y con una lágrima en su rostro contestó: de la mujer de mi vida. 

Imaginario

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El tiempo y las palabras ayudan a entendernos